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Las Gibson Girls

Soy una de tantas Chicas Gibson, que es como llamaron a las jóvenes que nos esforzamos por encajar en el estereotipo de belleza imperante en las décadas de 1890 a 1920.

 · Tres jóvenes luciendo peinados Gibson © Getty · 

Las Chicas Gibson deben su nombre al dibujante satírico Charles Dana Gibson... Sí, un arquetipo de belleza femenina que obtuvo su nombre gracias a un varón; no digáis que no da qué pensar... 

Para conocer el origen de esta historia hay que remontarse al año 1890, momento en el que el dibujante, de regreso en Nueva York tras haber pasado un tiempo en Europa, dio vida a su primera chica de dos dimensiones para un ejemplar de la revista Life. Su creación estaba influenciada por la estética de la Belle Èpoque parisina, que imponía a la mujer el uso de ajustados corsés que moldeaban su cuerpo para conseguir una cintura de avispa. Pero su intención no era retratar una mera tendencia estética, sino también una nueva tendencia social: el movimiento de la "Nueva Mujer", surgido tras la consolidación de Estados Unidos como potencia mundial emergente. 

Dos mujeres pasean por una calle de París en 1900 © Getty

Esa Nueva Mujer tenía medios para ganarse la vida, por lo que era independiente. Practicaba deporte, lo cual le daba un aspecto atlético. Pero, al mismo tiempo, estaba interesada en las últimas tendencias de estilo, algo que la incipiente industria de la moda y la belleza se lanzó a explotar, convirtiendo las nuevas inquietudes femeninas en un filón. 

Durante los treinta años siguientes, Gibson promocionó, viñeta tras viñeta, la estética de una mujer hermosa, sensual e inteligente que pertenecía a la élite burguesa. Sus ilustraciones se propagaron por las portadas y las páginas interiores de revistas como Life, Harper’s Weekly, Scribner's y Collier’s y cosecharon tanto éxito que no tardaron en surgir imitadores para las demás cabeceras. Esto asentó a la Chica Gibson como un ideal universal de belleza que perdurará hasta la llegada de los felices Años 20.

Irene Langhorne, esposa de Charles Dana Gibson, a finales del XIX
Irene fue una gran inspiración para el dibujante y su promoción de la Chica Gibson como icono femenino

Pero, ¿cómo era una Gibson Girl?

La Chica Gibson era educada y tenía una mentalidad inquieta, por lo que no abandonaba los estudios; a veces incluso ejercía alguna profesión que le permitía emanciparse, eso sí, sin perder su refinamiento. Esa  independencia económica le permitía buscar la realización personal y le daba mayor libertad a la hora de elegir a su pareja. Mostraba interés por el deporte: montaba en bicicleta, jugaba al tenis, disfrutaba de la playa. Tenía una presencia poderosa y se mostraba segura de sí misma, pero sin caer en la ostentación. A menudo aparecía sonriente, aunque siempre manteniendo las distancias. Pretendía situarse a la misma altura que los hombres, a los que a veces observaba por encima del hombro, sobre todo cuando alguno de ellos se aventuraba a rozar el ridículo para ganarse su atención. Sin embargo, una Chica Gibson nunca desafiaría los tradicionales roles de género. 

El Sexo Débil, ilustración de C. D. Gibson

Físicamente era una joven alta y delgada, de nariz y boca pequeñas y ojos grandes. Iba siempre bien vestida, luciendo la última novedad en peinados, prendas y accesorios. Aunque tenía un cuerpo atlético, el corsé acentuaba la delgadez de su cintura y la voluptuosidad de pechos y caderas; la idea era situarla en algún lugar a medio camino entre la sensualidad y la delicadeza. 

Lámina de la revista francesa Les Modes mostrando un corsé para conseguir la "nueva figura" de moda © Getty

Y es que la Chica Gibson, a pesar de su independencia, seguía siendo una víctima de los viejos estereotipos, de los cuales se nutría la incipiente industria de la moda. Los salones de belleza de París, Londres y Nueva York alimentaron sus preocupaciones en forma de vestidos largos de cuellos altos y rígidos, cinturas estrechas y bustos y caderas prominentes. Cubrieron sus cabezas con grandes sombreros bajo los que esconder sus recogidos abullonados. Bajo el vestido, la desaparición del corsé victoriano había dejado paso para un nuevo tipo de corsé, el swan-bill, el cual le retorcía el torso para llevar el pecho hacia adelante y las caderas hacia atrás, dando al perfil femenino una artificiosa forma de S. 

Con el auge de las sufragistas, la moda cambiará de forma drástica. Los corsés serán por fin desterrados del ajuar femenino a favor de los vestidos cortos y sin forma y, ya en los años 20, la entrada en escena de las flappers relegarán a la Chica Gibson a un icono pasado de moda.

La actriz fancesa Mlle. Nostier

La actriz Ethel Barrymore, fotografiada por Burr McIntosh en 1901

La actriz Evelyn Nesbit fotografiada por Gertrude Käsebier en 1903

La actriz Lily Elsie

La actriz Camille Clifford 

Miss Moryss Clark

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