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Carolina Coronado (1820-1911)

Soy Carolina Coronado y, aunque los libros de literatura no hablan de mí, fui una destacada escritora del romanticismo español. Formé parte de la Hermandad Lírica y escribí sobre todo poesía y novelas, aunque también me atreví con el teatro y el ensayo.  Vine al mundo el 12 de diciembre de 1820, en el número 6 de la Plaza de Abastos (hoy Plaza de Espronceda) de la localidad pacense de Almendralejo, aunque mi familia se mudó a Badajoz cuando tenía yo 4 años. Mi padre era Nicolás Coronado Gallardo y Cortés y mi madre, María Antonia Eleuteria Romero de Tejada y Falcón . Crecí en el seno de una familia acomodada e ideales liberales, aunque sólo hasta cierto punto, ya que la educación que recibimos mis hermanas y yo se limitó a la tradicional para las niñas de la época: piano, costura, bordado, labores del hogar... Sin embargo, mi inquietud por la Literatura era mucha, tanta que me adentré a solas en la lectura de los maestros, cuyas obras devoré a escondida durante mucho tiempo, robando t
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Luisa de Carvajal y Mendoza (1566-1614)

Soy Luisa de Carvajal y Mendoza y, aunque no reconozcáis mi nombre, fui una de las más celebres poetas místicas de España y adalid de la causa católica durante la persecución anglicana. Vine al mundo en la cacereña villa de Jaraicejo, el 2 de enero de 1566, en una casa palacio de la calle Talavera, en el seno de una familia noble. Mi padre era Francisco de Carvajal y mi madre, María de Mendoza, mujer piadosa y temerosa de Dios y hermana de Francisco Hurtado de Mendoza, a la sazón conde de Monteagudo y marqués de Almazán. Nací siendo la primera niña de la familia tras cinco varones, de los que sólo sobrevivía uno de ellos en el momento de mi nacimiento. No pasé demasiado tiempo en mi localidad natal, pues pronto destinaron a mi padre a León como corregidor. De aquellos días recuerdo la devoción que por mi madre albergaba y el padecimiento que significó su pérdida, pues falleció víctima del tifus cuando yo sólo tenía seis años. Poco después la siguió mi padre, que también contrajo la enf

Teresa Cabarrús (1773-1835)

Me llamo Teresa Cabarrús y, aunque fui un figura de importancia en la Francia durante la Revolución francesa y en los años posteriores, mucha gente desconoce mi historia. Juventud; entre España y Francia. Vine al mundo un 31 de julio de 1773 en Madrid, en Carabanchel Alto, en lo que hoy es el barrio de Buenavista. Mi padre era Francisco Cabarrús , financiero y alto funcionario español de origen francés, a la sazón Conde de Cabarrús y Vizconde Rambouillet. Mi madre era María Antonia Galabert , hija de un industrial francés establecido en España. Tenía dos hermanos más pequeños que yo: Domingo Vicente y Francisco .  Mis hermanos y yo crecimos en un ambiente acomodado. Sin embargo, la posición de nuestros progenitores les impidió dedicar mucho tiempo a nuestra crianza; nuestro padre estaba volcado en sus negocios y nuestra madre, en socializar con las otras damas de la alta sociedad. Suplieron esa ausencia primero con nodrizas y luego con preceptores que nos instruyeron en francés, ital

Saga Burney

Para conocer a esta saga de mujeres tenemos que  remontarnos a la Inglaterra del siglo XVIII. Allí, en las ajetreadas calles del Londres dieciochesco, un buen número de mujeres ejercían como empresarias. Llevaban a cabo su actividad en multitud de gremios, no todos feminizados; así en sus calles coexistieron mujeres sombrereras, zapateras, tintoreras pero también papeleras, cereras, plateras, ebanistas, impresoras…  Entre estas mujeres se hallaba Frances Tereisa Wood (c.1685-1776), que  fabricó y vendió abanicos a lo largo de 50 años, compaginando su labor comercial con la crianza de sus hijos. Y es que Frances dio a luz nada menos que quince veces, aunque sólo cinco de sus descendientes llegaron a la edad adulta. Frances entrenó en el arte de la fabricación de abanicos a sus tres hijas: Mary (1715-d.1773), Martha (1717–d.1773) y Esther Sleepe (1725–1762).  Las tres hermanas Sleepe colaboraron en el negocio de su madre. Luego, desde 1747, todas ellas abrieron sus propios talleres

Julia Barrett (1808-1864)

Soy Julia Charlotte Barret y, aunque mi nombre no os suene de nada, publiqué con gran éxito una colección de cartas inspiradas por mi estancia en la India y varios libros infantiles.  Imagen creada con IA Vine al mundo el 21 de octubre de 1808, siendo la mayor de los cinco hermanos. Mi padre era Henry Barrett (1756-1843). Mi madre era Charlotte Francis (1786-1870), sobrina de las escritoras  Fanny , Susan y Sarah Burney .  Rondando la veintena enfermé de tuberculosis junto con mi hermana Hetty , razón por la cual nuestra madre nos llevó a Francia y luego a Italia. Yo recuperé la salud en 1834, pero mi querida hermana no  superó la enfermedad y falleció un año antes, en 1833. Aunque a mi familia no le ilusionó demasiado mi elección, el 2 de agosto de 1836 contraje matrimonio con James Thomas , un hombre de leyes viudo con tres hijos. Después de la boda nos instalamos en la India, donde James había conseguido un puesto como juez en Madrás. Permanecimos allí siete meses, hasta que James

Sarah Burney (1772-1844)

Soy Sarah Harriet Burney y, aunque mi nombre casi se ha borrado de la historia de la literatura, obtuve reconocimiento como novelista y mi escritura me permitió mantenerme como una mujer autosuficiente toda mi vida.  Vine al mundo el 29 de agosto de 1772 en Lynn Regis, hoy King's Lynn. Mi padre era el musicólogo y compositor Charles Burney. Mi madre era Elizabeth Allen, casada con él en segundas nupcias tras enviudar. Decir que mi familia era una familia numerosa sería quedarse corto. Mi padre había aportado a ella seis hijos de su primer matrimonio: Hetty , James , Fanny , Susy , Charlotte Ann y Charles . Mi madre había aportado tres: Mary , Stephen y Bessie . Como fruto de su unión vinimos al mundo mi hermano Richard Thomas y, por último, esta que os habla.  No tengo recuerdos de aquellos primeros años con mi familia, ya que fueron unos parientes de mi madre los que se encargaron de mi crianza hasta 1775, momento en el que pude instalarme con mis padres. Yo tenía entonces tres