Soy Mary Evelyn Pickering, aunque quizás me conozcáis mejor por mi firma artística: Evelyn De Morgan.
Aunque era joven, no me faltaban ganas para oponerme a los mandatos de una sociedad machista. Por eso, aunque mis padres había dispuesto un coche y un escolta que me acompañase de casa a la escuela, yo exigía apearme del vehículo a varias calles de distancia para cubrir el trecho hasta mi clase sola y sin vigilancia. Además, ya desde el Slade empecé a firmar bajo mi segundo nombre, pues Evelyn era un sombre unisex y pensé que esto facilitaría que mi trabajo se juzgase en base a mis méritos artísticos y no a mi sexo.
Mi primer viaje a Italia fue en 1875. Regresé en muchas ocasiones a lo largo de mi vida. Incluso viajé sola a Roma, Perugia y Asís y me alojé a menudo con el tío Roddam en su villa próxima a Florencia. Y fue allí, en Florencia, donde descubrí y me enamoré del Renacimiento y de la obra de Botticelli.
En agosto de 1883, conocí William De Morgan, el famoso ceramista. Conectamos en seguida, pues compartíamos tantos intereses que nuestras almas parecían una sola: el espiritualismo, el pacifismo, el feminismo, la reforma social, la renuncia a la producción en masa en favor de una producción artesanal... Nos casamos cuatro años más tarde, el 5 de marzo de 1887.
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-Evelyn De Morgan hacia 1898, NPG- |
Nací el 30 de agosto de 1855 en Londres, en el seno de una familia de la alta sociedad. Mi padre era Percival Pickering QC y mi madre, Anna Mary Spencer-Stanhope, hermana del pintor Rodhamn Spencer-Stanhope. De hecho, mi tío Rodhamn fue mi primer mentor artístico y, aunque mis padres se opusieron a mi interés por la pintura, en 1872 accedieron a que me matriculase en la flamante South Kensington National Art Training School (actual Royal College of Art) de Londres, una institución tan rancia que no permitía a sus alumnas dibujar modelos desnudos. Por suerte, pronto conseguí una beca y pude acceder al Slade School, donde fui una de las tres primeras estudiantes femeninas. Allí estudié hasta 1876.
Aunque era joven, no me faltaban ganas para oponerme a los mandatos de una sociedad machista. Por eso, aunque mis padres había dispuesto un coche y un escolta que me acompañase de casa a la escuela, yo exigía apearme del vehículo a varias calles de distancia para cubrir el trecho hasta mi clase sola y sin vigilancia. Además, ya desde el Slade empecé a firmar bajo mi segundo nombre, pues Evelyn era un sombre unisex y pensé que esto facilitaría que mi trabajo se juzgase en base a mis méritos artísticos y no a mi sexo.
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imagen de De Morgan Collection (link) |
Mi primer viaje a Italia fue en 1875. Regresé en muchas ocasiones a lo largo de mi vida. Incluso viajé sola a Roma, Perugia y Asís y me alojé a menudo con el tío Roddam en su villa próxima a Florencia. Y fue allí, en Florencia, donde descubrí y me enamoré del Renacimiento y de la obra de Botticelli.
En 1875 vendí mi primer cuadro y en 1876 expuse por vez primera. Fue en la Dudley Gallery (Londres); allí exhibí el lienzo 'Santa Catalina de Alejandría', que se vendió enseguida, y escandalicé a un reportero de The Guardian que se sorprendió mucho al descubrir que el cuadro era obra de una mujer...
En 1878 la Grosvenor Gallery me invitó a exponer junto a Mary Stillman; en aquella ocasión exhibí 'Ariadna en Naxos'; a pesar de ajustarme a la estética de moda en ese momento, en este lienzo hice algo novedoso: dedicar toda la tela a Ariadna ¿Conocéis la historia de Ariadna? Según el mito clásico, Teseo se convierte en héroe cuando se adentra en el laberinto en el que reside el minotauro, un monstruo mitad hombre y mitad toro, y acaba con él. Es toda una hazaña, pues muchos hombres antes que él habían perdido la vida intentándolo. Sin embargo, Teseo no habría salido ileso del entuerto de no ser por la intervención de Ariadna que, enamorada del príncipe, le ofreció un ovillo para escapar del laberinto y luego huyó con él. La reacción del héroe fue dejarla abandonada a su suerte en una playa de Naxos mientras dormía... Imaginad el desasosiego y el dolor de Ariadna al despertar... Que terrible destino el de la mujer allá donde se encuentre...
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Ariadna en Naxos |
Mi preocupación por la situación de la mujer siempre estuvo latente en mi obra y, por ende, en mis actos. De hecho, en 1889 firmaría la Declaración del Sufragio de la Mujer y, como otras pintoras de mi época, me negué a exponer en la Royal Academy para denunciar el machismo imperante en la institución, exhibiendo en galerías alternativas como la Grosvenor y la Dudley.
En 1880 se inició la Guerra de los Boers, que despertó el temor de muchos de nosotros. El miedo a la guerra y sus horrores pronto se hizo un hueco en mi obra y, años más tarde, con la llegada de Gran Guerra en 1914, el pacifismo se convertiría en uno de mis temas más retratados.
En 1880 se inició la Guerra de los Boers, que despertó el temor de muchos de nosotros. El miedo a la guerra y sus horrores pronto se hizo un hueco en mi obra y, años más tarde, con la llegada de Gran Guerra en 1914, el pacifismo se convertiría en uno de mis temas más retratados.
A mediados de esa década empecé a alejarme del clasicismo de mis primeros años y me sentí atraída por la estética y la temática medieval, popularizadas por el grupo artístico de los prerrafaelistas. Esto abrió ante mí una multitud de temas a través de los cuales podía reflejar mis inquietudes sociales y políticas.
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La prisión del Alma, 1880-88 |
En agosto de 1883, conocí William De Morgan, el famoso ceramista. Conectamos en seguida, pues compartíamos tantos intereses que nuestras almas parecían una sola: el espiritualismo, el pacifismo, el feminismo, la reforma social, la renuncia a la producción en masa en favor de una producción artesanal... Nos casamos cuatro años más tarde, el 5 de marzo de 1887.
El espiritualismo se convirtió en un nexo tan importante entre nosotros que nos llevó a experimentar con el espiritismo y la escritura automática. Sophia, la madre de William, también fue otra fuente de inspiración formidable; ella era una convencida activista de la reforma social y una médium espiritual practicante; gracias a ella me resultaba más fácil materializar mis ideales y mis preocupaciones espirituales sobre el lienzo: la vida después de la muerte, la transformación del alma, la perentorio de la vida...
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Imagen de De Morgan Collection (link) |
Sin embargo, mi creatividad estuvo mucho tiempo lastrada por los gustos de los compradores, pues el trabajo como ceramista de William nunca fue una fuente fiable de ingresos y durante muchos años nuestra estabilidad financiera dependió en gran medida de la venta de mis cuadros. Por suerte, en 1906 William empezó a triunfar como autor de novelas, lo que me liberó de las restricciones que me había impuesto la viabilidad comercial. Al fin era libre para dar rienda suelta al simbolismo en mi obra, al cual me entregué hasta mis últimos días...
William, mi compañero de vida, falleció el 15 de enero de 1917. Yo lo seguí dos años más tarde, el 2 de mayo de 1919. Mi cuerpo fue enterrado en el cementerio de Brookwood cerca de Woking, Surrey, bajo un epitafio que reza: “El dolor es solo de la carne / La vida del espíritu es alegría”.
William, mi compañero de vida, falleció el 15 de enero de 1917. Yo lo seguí dos años más tarde, el 2 de mayo de 1919. Mi cuerpo fue enterrado en el cementerio de Brookwood cerca de Woking, Surrey, bajo un epitafio que reza: “El dolor es solo de la carne / La vida del espíritu es alegría”.
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Imagen de Barnsley Museums (link) |
Fuentes:
- Wikipedia.
- La Gruta de los Lienzos {My Studios, De Morgan Foudation, Watts Gallery, The Eclectic Light Company y VictorianWeb}.
- Más imágenes en Pinterest: Obra y Fotografías.
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