Soy Marie Chytilová y mi ambición fue pintar... hasta que me convertí en la esposa de Alfons Mucha. Aunque muchos me califican como su musa, pocos recuerdan que administré su taller en el castillo de Zbiroh durante veinte años.
![]() |
-Marie Chytilová en el estudio de Mucha en París en 1903, Getty- |
Vine al mundo el 3 de octubre de 1882 en Plovdiv, Bulgaria, donde viví hasta que falleció mi padre, fiscal general en la Corte Suprema. En 1892 me mudé a Chrudim. Luego me matriculé en la Escuela de Artes Aplicadas de Praga.
Alfons y yo nos conocimos formalmente en 1903 en París. Yo había llegado a la ciudad acompañada de mi familia, pues mi tío Karel Chytil había accedido a costear mi sueño de tomar lecciones de arte del maestro Mucha, que impartía clases en la Academia Colarossi.
La clases se alargaron durante un año. Y fue entonces, gracias al trato cotidiano, cuando Alfons posó sus ojos en mí y pude ver correspondidos mis sentimientos.
Antes de materializar nuestro compromiso, Alfons partió a América para mejorar sus finanzas, pues su intención era dejar la publicidad y volcarse en la pintura. La espera fue larga, mitigada sólo por las tiernas cartas que Alfons me enviaba desde el otro lado del océano.
![]() |
Alfons Mucha | Retrato de Maruška | 1905 |
Nos casamos el 10 de junio de 1906 en en la Capilla de San Roco del Monasterio de Strahov, en Praga. En aquel momento yo tenía 23 años y mi marido 46. Pasamos la luna de miel en Pec, un pueblito de las montañas de Šumava, en la cabaña del también pintor Jaroslav Špillar. Luego nos mudamos a América.
La aventura americana no siempre fue fácil y los baches económicos fueron muchos. Alfons trabajó algún tiempo como profesor en el Instituto de Arte de Chicago y en la Escuela de Arte de Filadelfia. Mientras, yo enseñaba ilustración y diseño en la New York School of Applied Design for Women.
![]() |
Foto de boda de Marie Chytilová y Alfons Mucha | 1906 |
1909 fue un año bonito. El 15 de marzo nació nuestra primera hija, Jaroslava. Además, encargaron a Alfons los murales del interior del nuevo ayuntamiento de Praga y un benefactor accedió a financiar "La Epopeya Eslava", una serie de veinte cuadros de gran formato con la que mi marido llevaba soñando desde hacía mucho tiempo.
El 12 de marzo de 1915 nació en Praga nuestro segundo hijo, Jiří.
Mientras que Alfons pintaba sus cuadros, lo que le ocupaba una nueve o diez horas diarias, yo me encargaba del taller: hacía los pedidos, recibía los encargos, negociaba los precios, contrataba a ayudantes y modelos, organizaba el atrezo... incluso serví de modelo en alguna ocasión al tiempo que Jaroslava hacía las veces de ayudante... Alfons tardaría casi 20 años en completar la serie, en la que continuó trabajando a pesar de la guerra.
![]() |
Familia Mucha en Zbiroh | 1917 |
Cuando los nazis invadieron Checoslovaquia, el 15 de marzo de 1939, Alfons fue uno de los primeros detenidos de la Gestapo, que lo sometió a varios días de interrogatorios sin tener en cuenta que ya era un señor casi octogenario. Su salud se deterioró tanto después de eso, que Alfonse perdió la vida unos pocos meses después, el 14 de julio.
Tras la muerte de su padre, Jiří dejó Checoslovaquia y permaneció fuera seis años, hasta la liberación de del país. Cuando regresó, la guerra y la ocupación habían borrado el nombre de Alfons Mucha del recuerdo, algo que mis hijos no estaban dispuestos a permitir.
Jaroslava participó en la restauración de varios de los lienzos de la Epopeya Eslava, que habían sufrido daños por humedad de escondrijo en escondrijo; los conocía bien, pues había pintado algunos fragmentos bajo la atenta supervisión de Alfons. Jiří, por su parte, abanderó la lucha por rescatar el nombre de su padre del olvido.
La obra de Alfons Mucha volvería a brillar como lo había hecho en el pasado, pero yo dejé esta vida antes de eso, el 14 de marzo de 1959, en Chrudim, a los 76 años de edad.
![]() |
Alfons Mucha | Retrato de Maruška | 1908-17 |
Fuentes:
Comentarios
Publicar un comentario
Está activada la moderación de comentarios. Tu comentario se publicará en cuanto lo revisemos, siempre que su contenido sea respetuoso y no contenga publicidad. ¡Gracias por la aportación!